sábado, 22 de enero de 2011

HIEROFANÍA EN LOGIA: EL ENCUENTRO DE LO SAGRADO EN LA MASONERÍA

Por José Rafael Mazadiego Cruz

a) Conceptos básicos.


El ser humano puede ser definido como “homo religiosus”, en otras palabras como hombre religioso. Pareciera que es natural en el ser humano la inclinación a intuir la existencia de una realidad sobre-natural. Esta realidad superior es concebida como divinidad y su dimensión (tiempo-espacio) es lo sagrado.

La masonería como constructo humano, no excede la norma. Un tema que ha causado polémica, tanto en los que están a favor como en contra del Arte Real, es saber si la masonería es una religión, para adentrarnos a este problema hay que precisar 2 cuestiones:

1.- La masonería es aprehendida y asimilada por cada persona de manera única, por lo que la diversidad de opiniones podría provocar que haya tantas masonerías como masones. En este estudio, para seguir un método científico, hablaremos de las características de la masonería fuera de toda opinión . Para ello seguiremos un método llamado fenomenológico, que se explicará más adelante.

2.- Daremos definiciones de algunos términos que causan confusión, puesto que su uso en el lenguaje coloquial es vago, esto no con el ánimo de cambiar la manera de hablar del lector, si no para ponernos de acuerdo en la terminología dentro del presente estudio.
Entenderemos aquí por religión lo que literalmente significa desde su etimología (religare, volver a unir o unir con fuerza), dejando de lado la concepción popular que cofunde la palabra religión con alguna doctrina religiosa practicada y difundida por una comunidad o institución, a la que podemos llamar iglesia (eclesia, comunidad). Entonces religión es el esfuerzo humano por religarse con lo divino, no una doctrina religiosa en particular. Lo religioso es aquello que nos envuelve de aquella experiencia que es el religamiento o reunión con lo divino.

Se mencionó que el siguiente estudio es un análisis fenomenológico. Este es un término académico muy suntuoso, que denota algo muy sencillo; la fenomenología es una disciplina que estudia las cosas tal cual se nos presentan, sin pretensión de explicar las cosas en su esencia misma, si no lo que podemos ver de ellas, es una especie de método derivado del empirismo inglés. La fenomenología de la religión estudia los elementos que toda religión muestra, es decir, aquellos que le son comunes a todas ellas. Si tales elementos se encuentran en la masonería, según la fenomenología, podría afirmase que es una religión, siendo éste el objetivo del estudio, determinar si lo es o no o de qué manera.

b) La hierofanía en la masonería

Si existe una actividad que busca religar al hombre con Dios , debería ser calificada como religiosa, sin embargo no conforma por ello una doctrina religiosa ni mucho menos una institución de este tipo. Se dan las gracias por el alimento antes de ingerirlo, se dan gracias por el día vivido antes de dormir, se pide por un año de bienestar al inicio de uno nuevo; estos actos son parte de una actitud religiosa, sin embargo tan diversos como puedan ser en cada parte del mundo, todas ellas tienen algunas características comunes ¿a qué se deben? Es sencillo dar respuesta: todas las manifestaciones religiosas ocurren en un tiempo y espacio (a lo que en conjunto denominaremos dimensión) que no es común, que excede lo cotidiano, esa dimensión es lo sagrado.

La divinidad habita en una dimensión sagrada y lógicamente para reunirse con lo divino debemos acceder a su dimensión propia. Lo sagrado se muestra al hombre como una discontinuidad del espacio y del tiempo, es una cualidad que transforma lo común y natural en algo extraordinario y sobrenatural. Dota al espacio y al tiempo de reglas especiales donde nuestro comportamiento debe adaptarse a aquella realidad espacio-temporal que vivimos. La aparición de lo sagrado es denominado como hierofanía

Existe una regla general que es requisito para adentrarse a la dimensión sagrada, el sujeto debe purificarse antes de acceder a la divinidad, ya sea por medio de un baño, un lavatorio de pies, cara, manos o cabeza, despojándose de alguna vestidura o de alguna otra manera. Entrar a un espacio sagrado exige dejar de lado aquella otra realidad cotidiana, es decir, lo profano . Tenemos ejemplos muy concretos de ello, cuando Moisés se encuentra con Dios y le habla en forma de un fuego que consumía una zarza, le dice que se quite los zapatos, otro ejemplo puede ser el de los esenios que se bañaban antes de cada ritual; otra ejemplo es nuestro bautismo, que no es sino limpiarnos del pecado para iniciar una vida dentro de la iglesia que nos bautiza; en la masonería el iniciado deja sus pertenencias y su ropa, ello puede comprenderse en la oración de los guerreros águila aztecas, que reza en una parte “me entrego desnudo al aire para así poder fundirme con el sol…”

En síntesis, se accede al espacio sagrado estando purificado y entrando a un espacio sagrado, las reglas cambian . Otra pregunta puede formularse ¿Con acceder a un espacio sagrado ya estoy en comunicación con la divinidad? La respuesta es que no, falta añadir el tiempo sagrado. El tiempo profano transcurre de un punto de inicio a uno final, es lineal, si conforma un ciclo es únicamente por la practicidad que significa contabilizarlo, es carente de significado. En contraposición, el tiempo sagrado es una ruptura de la linealidad, significa volver a cierto punto que se deseé y ello se logra por medio de lo que podríamos denominar como la magia o el misterio del ritual.

El ritual es el procedimiento por medio del cual nos adentramos completamente en una dimensión sagrada (tiempo-espacio). La frase traducida del hebreo al latín, con la que inicia el Génesis, nos muestra el retorno a lo que podría llamarse un tiempo originario: In Illo témpore…al principio del tiempo…

El ritual nos sumerge en un tiempo originario en el que no existíamos, nos revela el orden sagrado de las cosas y nos enseña el punto temporal en el que la divinidad interviene en la realidad material-humana. Todo ritual en el que se comienza en obscuridad nos rememora el inicio de la creación, cuando todo era tinieblas y asistimos, por medio del vehículo que es el ritual, a la creación del universo, con la creación de la luz en primer lugar. Del caos obscuro se pasa a un orden luminoso y con ello comienza el tiempo; este símbolo es fácil de advertir en las misas católicas de pascua, y obviamente en las iniciaciones del Arte Real, así como en otro tipo de rituales en el que este estado primigenio de obscuridad se asocia con la vida en el vientre materno. El ritual de una comunicación regular o de una iniciación o de un pase de grado o una exaltación nos transporta a un tiempo y un espacio que no es ficticio ni producto de la imaginación, sino una realidad que existe aparte de la física o material, en ese momento nos transportamos realmente al templo de salomón, el cristiano se transporta y se sienta en la mesa de la última cena, el musulmán se transporta a la meca, el griego antiguo convivía con Baco y Apolo. Esa es la magia del ritual, nos hace contemporáneos y partícipes de aquella dimensión. Así que iniciar un ritual y participar de él, nos une con todos aquellos que alguna vezlo vivieron, por medio de la hierofanía los masones de todos los tiempos nos hacemos contemporáneos.

Como vemos el ritual nos permite estar junto a nuestros antepasados masones, nos permite estar junto a la divinidad. Desde este punto de vista, el ritual masónico es religante, es religioso, nos permite unirnos y re-unirnos con el G.A.D.U., trabajar en su nombre y en su presencia, así como ante la presencia de todos aquellos que son contemporáneos por medio del ritual, esa es la fraternidad que nos permite vivir lo sagrado; por medio de la hierofanía nos hacemos inmortales, porque mientras alguien celebre el ritual, estaremos ahí quienes participamos de él. Así se comprenden y se viven mejor las palabras que dijera Jesús “mientras se reúnan dos o más en mi nombre, ahí estaré”. Está ahí no por un acto de fe o una creencia, sino por el hecho de entrar en esa dimensión sagrada.

Hasta aquí llegamos en la explicación de lo que es lo sagrado y el ritual en la masonería, que como vimos, es lo que posibilita una experiencia religiosa (religante) y es la verdadera fuente de la fraternidad, la cual trasciende el tiempo y el espacio profano. De manera intuitiva pueden observarse elementos religiosos, sin embargo, para terminar este análisis, en la siguiente comunicación veremos aquellos elementos que posee una religión y analizaremos si están o no en la masonería.