domingo, 22 de noviembre de 2009

NOÉTICA, LA NUEVA ESPIRITUALIDAD

Por CDMG
Paradójicamente, algo tan extraordinario y valioso como es la vida interior, pierde importancia día a día. Nos alejamos, dentro de esta sociedad cargada de estímulos, de actividades y de bienes, de nosotros mismos al olvidar o evitar buscar en nuestro interior aquello que trasciende lo material, lo superficial y rutinario. Vivimos luchando constantemente por objetivos externos, no obstante, algo más difícil y más valioso se nos pasa por alto, conquistar la paz interior, la serenidad, en último término, la sabiduría.

En occidente prima el desarrollo de la inteligencia y de la adquisición de conocimientos, del prestigio, de la fama y del poder, sin embargo, el valor que se le otorga al desarrollo espiritual es prácticamente nulo, siendo éste un pilar básico dentro de la formación personal. En palabras de Raimon Panikkar, “no podemos negar que precisamente aquellos pueblos que se autodenominan “desarrollados” son, en su mayoría, espiritualmente subdesarrollados y sufren una atrofia cultural de este tercer órgano (la parte mística del ser humano)”.

Esta parte mística de ser humano es hoy objeto de la ciencia cuántica; hoy los nuevos científicos reconocen que el pensamiento humano debidamente canalizado, tiene la capacidad de modificar la masa física. Hoy se reconoce -solo se "reconoce"- lo que los sabios de la antiguedad, los Grandes Iniciados, ya sabían: "La mente está y actúa sobre la materia". La escritora noética Lynne McTaggart, una de las más avezadas investigadoras en el campo, dice:

"La conciencia humana es una sustancia exterior al cuerpo físico; es una
energía altamente organizada y capaz de modificar el mundo físico".
Sin embargo, esta sociedad tecnócrata, científica y materialmente desarrollada, en donde la calidad de vida física se ha incrementado más que sensiblemente, olvida que todo este bienestar sirve de poco cuando no va acompañado de una transformación personal, un desarrollo espiritual. Y este desarrollo no es necesariamente asunto de religiones, aunque si supone -como en el caso de la Masonería- el reconocimiento de la existencia de un Ser Supremo, Creador y Generador de todo cuando existe.

Egoísmo e individualismo, dos valores que forman parte de la idiosincrasia social del hombre occidental -no obstante los momentos de mayor infelicidad- suelen ser los "valores" más cultivados.

Los hombres profanos buscan la felicidad en el exterior, en el consumo, en el ocio y no se percata de que la verdadera felicidad se encuentra en nosotros. La felicidad es consecuencia, entre otras cosas, del esfuerzo y de la satisfacción personal resultante de nuestros logros y progresos. La felicidad no se compra, no se presta, no se regala, sólo se crea. Unos minutos de silencio, de sosiego, de diálogo interior son necesarios cada día para no alejarnos de nosotros mismos; para no temer a la soledad, al vacío que genera interiormente esta sociedad materialista, superficial y de consumo.

Reflexionar sobre la impermanencia de lo que nos rodea, sobre nuestra propia finitud, sobre la muerte. El miedo a ella no nos aleja de la muerte, nos aleja, en cambio, de la propia vida. El desarrollo de una cosmovisión (nuestra relación con el Universo), puede ayudarnos a relativizar preocupaciones y ansiedades innecesarias. Tomar conciencia de nuestras propias limitaciones (y aceptarlas), así como de las similitudes y diferencias que nos unen y separan de nuestros semejantes (los humanos), nos lleva a una mayor comprensión y tolerancia por nuestra parte.

Tomar conciencia de lo que somos, de lo que hacemos y de lo que podemos llegar a realizar, constituye un paso básico en la vida interior de cada uno de nosotros. No pocas veces pretendemos dar sentido a lo vivido, en vez de a lo que queremos vivir. En otras palabras, no se orienta la vida hacia donde se desea, sino que se intenta encontrarle sentido una vez transcurrida. Buda dijo en una ocasión: “los carpinteros dan forma a la madera; los flecheros dan forma a las flechas; los sabios se dan forma a sí mismos”.

La vida interior nos permite, al igual que un bastón cuando cojeamos, mantenernos en pie en nuestro camino ante las dificultades, los obstáculos y adversidades que todos, sin excepción, vivimos y sufrimos. La vida interior no se nutre exclusivamente de lo intelectual y sensorial, según Panikkar, un tercer órgano, complementario y dependiente de los dos anteriores, nos abre las puertas a una tercera dimensión de la realidad, la mística, la espiritualidad. Como neófito en estos temas, creo que sería bueno estimular, sobretodo a la juventud, el debate y la reflexión para combatir la pereza y el acomodamiento intelectual de nuestros días. Estas realidades forman parte de nuestra existencia, de nuestra vida, y obviarlas, es alejarnos de ella.

La Masonería del Antiguo Gremio nos coloca en la perspectiva de la espiritualidad; en general, la Masonería York está en esa línea: el reconocimiento de las potencialidades internas del hombre para que éste las conozca y desarrolle y pueda así acercarse más y mejor al Trono de Dios.

lunes, 16 de noviembre de 2009

NEWTON, CIENCIA Y FE

En 1936 se descubrieron documentos secretos de Isaac Newton en los que muestra su asorbente pasión por el estudio de la mística, la fe y el mundo de la espiritualidad. Por ejemplo, en una carta escrita a Robert Boyle le sugería mantener absoluto silencio acerca del conocimiento místico que habían adquirido, pues tal saber no podía ser hecho público "sin causar grave daño al mundo".

¿A qué se refería Newton con esos descubrimientos?, ¿cómo es que esos saberes secretos podrían hacerle daño al mundo?

Newton era un hombre de ciencia, un hombre de razón; pero, como muchos científicos a lo largo de la historia, sabía y comprendía que la realidad no es una sola, no al menos la que solemos ver con "nuestros ojos". Hay una realidad paralela de cuyo conocimiento se sabe desde hace miles de años, pero que en tiempos de Newton no se aceptaba como tal. Menos en los nuestros, en los que la "nueva física", la física cuántica, la ciencia de la mente y la noética, puesta ahora de moda por la novela El Símbolo perdido, de Dan Brown, dan cuenta de esos maravillosos universos paralelos que no vienen sino a demostrar que los escritos del mundo antiguo, los sabios espirituales de todos los tiempos, los Grandes Iniciados, tenían un sobrado conocimiento de estos fenómenos que, apenas hoy, la ciencia empieza a aceptar.

Nuestro Isaac Newton, descubridor de la ley de gravedad, previó que el fin del mundo llegará en 2060, según una exposición en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Aqui, Newton compite con las profecías mayas, también puestas de moda por la película catastrofista 2012.

La exposición revela nuevos documentos sobre el trabajo y las investigaciones del científico, que vivió entre 1642 y 1727, de las que se deduce que, además de la física y la alquimia, estudió profecías apocalípticas escritas en la antigüedad. Nos revelan que Newton se esforzó en descifrar lo que él consideraba que eran conocimientos secretos, conocimientos codificados en las escrituras sagradas de culturas antiguas y de otros archivos históricos.

Entre los manuscritos del científico hay uno en el que trata de calcular el fin del mundo según el libro del profeta Daniel en el Antiguo Testamento y llega a la conclusión de que se producirá en el año 2060. En otros, analiza textos hebreos consagrados en la liturgia judía así como fragmentos del filósofo y médico cordobés Maimonides.

Los documentos de la exposición "Los Secretos de Newton" pertenecen a la Biblioteca Nacional de Israel, situada en el campus de ciencias de la Universidad Hebrea. A la Biblioteca llegaron en 1969, donados por el filántropo judío Abraham Shalom Yehezquel Yehuda, que los había comprado en 1936 en una subasta en Londres.

Es la primera vez que se exponen los documentos del consagrado científico británico y muestran una de sus caras más desconocidas, la de tratar de extraer material científico de textos antiguos como la Biblia y el Talmud.

Newton hizo una aproximación a estos estudios con la misma meticulosidad que demuestra en su trabajo científico y hace una aproximación a la ciencia con el fervor religioso que lo llevó a ser considerado una suerte de profeta.

Los tesoros de esta exhibición nos invitan a replantearnos dicotomías tradicionales como antigüedad y modernidad, ciencia y religión, racionalidad e irracionalidad.

sábado, 7 de noviembre de 2009

LA MASONERÍA PURA Y ANTIGUA

La masonería pura y antigua de Inglaterra está definida como un peculiar sistema de moralidad velado en alegorías e ilustrado por símbolos constituido por los grados de Aprendiz Entrado, Compañero y Maestro Masón incluido el Real Arco.
La instrucción de cada grado está en el trabajo de la Logia de Instrucción y en el estudio de las masonic lectures: siete secciones para el aprendiz, cinco para el compañero y tres para el maestro masón.
No forma parte del ritual de emulación el Inner Working of Board of Installed Masters o el ceremonial reservado de instalación del Jefe de Obras, sin embargo, es una tradición antigua que todas las Logias a su tiempo instalen al Maestro Electo en una ceremonia reservada a la cual asisten los Past Master e invitados calificados.
Con relación a Domatic, la ceremonia por la cual se recibe al Maestro Masón en el Capítulo se llama Exaltación. La ceremonia por la cual el Compañero llega a ser Maestro Masón se denomina RAISING.
Sólo siendo Maestro Masón con cuatro semanas en el grado se puede Exaltar.
Domatic contempla dos partes: el Ritual de Exaltación y el Cónclave con sus respectivos secretos y ceremoniales reservados para el Primer, Segundo y Tercer Principal.
Resumiendo: la masonería pura y antigua de Inglaterra consiste de tres grados simbólicos trabajados en la Logia, y el Real Arco en el Capítulo con sus dos niveles, a saber: Capítulo y Cónclave de Principales Instalados.
En Inglaterra existen una veintena de rituales usados por las Logias siendo los mas difundidos Emulation, Stability, Oxford, West End, Bristol.
Con relación al Real Arco dos rituales son los mas difundidos: Domatic y Aldersgate.
La particularidad de la las lecturas es que son el medio por el cual se aprende el ritual y materias de exámend e adelanto, el cual se realiza en logia abierta.
Si el candidato aprueba su exámen se le concede la Palabra de Pase y el Toque de Pase.

Gracias al ilustrado Hermano Nelson Morales B.

viernes, 6 de noviembre de 2009

DOMATIC WORKING

El término DOMATIC viene de Escocia, y fue usado allí en el siglo XVII para describir y diferenciar a los albañiles operativos de los GEOMATIC o caballeros Masones.

Lo Logia DOMATIC, madre del Capítulo DOMATIC, fue formada por y para los albañiles operativos de Londres. La dispensa les fue concedida para reunirse en forma regular en la Taberna “EL Barco” (The Ship Tavern) situada en el cruce de Gate Street y Little Turntile, cerca de Lincoln´s Inn (La Posada de Lincoln) en Holborn (un Distrito de Londres), el 21 de Diciembre de 1785.

Después de 12 reuniones bajo esta dispensa, la Logia fue constituida formalmente el 17 de Febrero de 1786 por Laurence Dermott asistido por Thomas Harper y otros Grandes Oficiales, y fue debidamente asentada bajo el número 234 en el Registro de la Gran Logia de los Antiguos.

El título “DOMATIC” fue anotado en las actas de esa reunión y empleado de allí en adelante.

Para conmemorar ese hecho, una placa ha sido colocada en la esquina de la ahora reconstruida taberna, pero lamentablemente presenta inexactitudes, como lo señala el autor de “Freemasonry in London from 1785” (Lewis Shepperton 1984).

En las Logias de “Los Antiguos”, el Real Arco era considerado como 4ª Grado en la Francmasonería, y reuniones ocasionales eran celebradas con ese fin.

La primera reunión conocida de la Logia Domatic fue celebrada en una anterior taberna, “Las Columnas de Hércules” (The Hercules Pillar) en Great Queen Street en 1789, pero el registro más o menos completo de estas reuniones comienza en 1793 y esa es la fecha atribuida al Capítulo.

Después de la reunión de los Grandes Capítulos, en 1817, una Carta de Confirmación fue otorgada, pero, para entonces el número registrado para la Logia y el Capítulo habían cambiado a 293. Debido al cierre en el Registro de la Gran Logia Unida (United Grand Lodge) se le otorgó el Nº 206, y en 1863, fecha en que se efectuó la última renumeración, vino a ser el Nº 177.

En 1845, el lugar de la reunión fue cambiado a la Taberna “El Halcón” (Falcon Tavern) en Fetter Lane (Callejuela Fetter) y fue en ese lugar que se formó el Capítulo de Instrucción. El siguiente es un extracto de las Actas de esa Reunión:

“El Capítulo Domatic Nº 206, habiendo dado su consentimiento para que un Capítulo de Instrucción opere bajo su Plancha en la Falcon Tavern, Fetter Lane, los siguientes Compañeros se reunieron en el lugar indicado al atardecer del Viernes 15 de Febrero de 1850, para convertirse en tal Capítulo de Instrucción”

A continuación siguen los nombres de siete Compañeros con Resoluciones y Estatutos. Libros de Actas desde esa fecha en adelante han sobrevivido, y aunque hay algunos vacíos menores, y en ocasiones las asistencias eran magras, las reuniones semanales a través de los años continúan hasta hoy, y ahora se celebran todos los miércoles en el Fremasons Hall en cualquier Salón debidamente amueblado para tal fín.

El equipo en miniatura que figura en un inventario de 1850 y empleado continuamente hasta 1850 y empleado continuamente hasta 1980 está ahora depositado en el lugar de “gracia y favor” en el Freemasons Hall, y es así un eslabón con la fundación de la autoridad más antigua de enseñanza en el Real Arco.

Entre los varios Reglamentos adoptados en la formación, había uno que indicaba que el ensayo de las ceremonias debería efectuarse el primer y tercer Viernes, las “Secciones”, por los compañeros en General, los segundos y cuartos Viernes y cuando hubiere un quinto Viernes, cuatro compañeros eran llamados a trabajar “Secciones”.

Las secciones de las Disertaciones en su forma de Catecismo cayeron en desuso en el Real Arco hace mucho tiempo y la única huella que queda se observa en las preguntas del Primer morador después del comienzo de la Lista de los Brindis.

Ojala se mantenga esta tradición como un verdadero eslabón con los procedimientos antiguos.

DESTRUYENDO ALGUNOS MITOS

Por el Hno. Nelson Morales B, desde Chile.
Masonería bajo el Emulation Working.

¿Es lo mismo “masons” que “freemasons”?
No es lo mismo.
¿Desciende la masonería especulativa de la masonería de Obras?

Son organizaciones distintas.

¿Existió un Plan concertado de revivir la masonería de obras en Inglaterra?

Poco probable.

¿Podemos hablar de masonería inglesa de forma global incluyendo a los masones de Escocia e Irlanda?

En absoluto, es un tremendo error.

¿La Masonería Operativa dedicada a la arquitectura de Abadías, Monasterios y Catedrales tiene un origen Cristiano?

Sin duda

¿El misticismo de la masonería tiene raíces cristianas?

No es sólo cristiana, es sincrética. Hay elementos doctrinarios incorporados de
cofradías de constructores de Oriente y de otras instituciones iniciáticas y
Ordenes de Caballería.

¿Existe conexión de la masonería con la antigüedad?

Efectivamente, los sabeos eran artesanos y comerciantes, investigadores y
estudiosos que empleaban una catequesis teosófica metódicamente graduada.
También convivían en una fraternidad iniciática que propagaba un ritual de
compañerismo, un entendimiento entre cuerpos de un mismo
oficio.
Los sabeos eran individuos que pertenecían a unas tribus de
habla semítica y origen árabe que llegaron y se establecieron en la esquina
suroeste de la península de Arabia, en lo que hoy es el Yemen, Etiopía y
Eritrea. Se establecieron para buscar mejores aguas y dieron paso a los reinos
que desarrollaron el idioma amhárico. Uno de éstos, fue el reino
Sabeo (1000 a. C. a 400 d. C.), cuya Reina de Saba se dice que visitó a
Salomón en el siglo X a. C.

lunes, 2 de noviembre de 2009

DIOS EN LA MASONERÍA, UN ASUNTO CRUCIAL

Por Cuauhtémoc D. Molina García

El asunto de Dios, en la Antigua y Pura Masonería que nos proponemos trabajar, es más que importante; diríamos que es trascendental. No ocurre así con las modernas "masonerías latinas", de corte escocista afrancesado, en las que nuestros hermanos parecen discutir si Dios existe o no; si la Masonería es o no religiosa o re-ligante, si es espiritual o no, y si es "dogmática" o si no lo es.
La respuesta, a preguntas como las siguientes, la tiene el Libro Fundamental de la Antigua y Pura Masonería Gremial: las Constituciones de Anderson, cuyas bases se encuentran en los antiguos documentos escoceses -de Escocia, no del Rito de ese nombre-, por ejemplo las Constituciones de William Schaw.

Veamos;
¿Se puede conferir la iniciación masónica a personas que se encuentran en la línea del pensamiento de Carlos Marx, Benito Spinoza, o en el de Confucio? ¿Se pueden aceptar a los que creen en Dios, sin tener la certeza de que Dios es personal y revelado?
¿Se puede, en fin, iniciar en la Masonería a agnósticos y/ o a ateos?
El texto de 1813 de las Constituciones de Anderson dice:

Como fin de la larga división entre las "Antiguas" y las "Modernas", las dos corrientes se reunifican formando la actual Gran Logia Unida de Inglaterra que incluye el siguiente texto en sus nuevas constituciones:

En lo que respecta a Dios y la Religión:

Un masón está obligado, por su título, a obedecer la ley moral y si comprende
bien el Arte, él no será jamás un ateo estúpido ni un libertino irreligioso. De
todos los hombres, él debe comprender mejor que Dios ve de otra manera que el
hombre, pues el hombre ve la apariencia externa, en tanto que Dios ve el
corazón.

Un masón está, en consecuencia, restringido a no actuar nunca en contra
de los mandatos de su conciencia. Cualquiera sea la religión del hombre o su
manera de adorar, no está excluido del Orden, considerando que él cree en el
glorioso arquitecto del cielo y de la tierra y que él practica los deberes
sagrados de la moral.

Los masones se unen a los hombres virtuosos de todas las
creencias en el lazo sólido y agradable del amor fraternal, que les enseña a ver
los errores de la humanidad con compasión y a esforzarse por la pureza de su
propia conducta, de demostrar la alta superioridad de la fe particular que ellos
profesen.