sábado, 30 de octubre de 2010

EL PODER DE LOS SÍMBOLOS MASÓNICOS

Por Ricardo Ricart Vila

Los símbolos y los ritos de los antiguos maestros canteros no favorecen, por si mismos, la vida espiritual ni el autoesclarecimiento, y mucho menos la construcción de nuestro propio templo. Los símbolos y ritos no tienen un poder intrínseco para “esculpirnos”, a no ser que con nuestro interés en seguir el mensaje del acróstico V.I.T.R.I.O.L. los dotemos de verdadero sentido y carga emocional al comprender su relación con nuestra propia naturaleza y vivencias, mientras experimentamos y sentimos el proceso integral de la vida.


La repetición, la memorización, el hábito y la vivencia mecánica de los símbolos y rituales masónicos hacen la mente perezosa. La inteligencia de un “masón vocacionado” no tiene nada que ver con aprobar exámenes, ni con acumular conocimientos de un modo descriptivo y abstracto. El trabajo del Masón se vivencia con la “inteligencia emocional”, la única capaz de despertar nuestra propia conciencia.


El “masón vocacionado” sabe que su propia “piedra bruta” puede hablarle a través de esos maravillosos caminos que se conforman con sus pensamientos, sus sentimientos y sus emociones; los cuales, como termómetros, si sabe prestar atención, le van a revelar su verdadera morfología.
Para un “masón vocacionado” tomar conciencia de sus propias emociones implica una “inteligencia emocional” desarrollada.
El “masón vocacionado” sabe del impacto y poder que tienen el lenguaje de los símbolos y las metáforas cuando se les dota de verdadero sentido y carga emocional.

viernes, 29 de octubre de 2010

LA ESCALA DE JACOB: EL CAMINO DEL INICIADO

Las Logias Masónicas están cubiertas de un celestial dosel de diversos colores, así como el Cielo. El camino por el cual nosotros, como masones, esperamos llegar, es por medio de una escala, llamada en la Sagrada Escritura la Escala de Jacob. Esta se compone de muchos escalones, que nos señalan otras tantas virtudes, pero tres principales, que son Fe, Esperanza y Caridad. Fe en el Gran Arquitecto Del Universo, Esperanza en la salvación, y Caridad para con todo el género humano.
Esta escala alcanza al Cielo y descansa sobre el Volumen de la Ley Sagrada, pues por las doctrinas que contiene ese sagrado libro, somos enseñados a creer en la Divina providencia, la cual refuerza nuestra fe, y nos ayuda a ascender el primer escalón; esta Fe naturalmente crea en nosotros una esperanza de que seremos partícipes de las benditas promesas que contiene, cuya esperanza nos ayuda a ascender el segundo escalón; pero el tercero y último, siendo la Caridad, lo comprende todo, y el masón que está en posesión de esta virtud en su más amplio sentido puede justamente ser considerado de haber llegado al límite de su profesión; figuradamente hablando, una mansión etérea, velada a los ojos de los mortales por el estrellado firmamento, emblemáticamente representado aquí por siete estrellas, que aluden a otros tantos masones, sin cuyo número ninguna Logia es perfecta, ni tampoco puede ningún candidato ser legalmente iniciado. 

lunes, 11 de octubre de 2010

MI INICIACIÓN: UNA EXPERIENCIA

Por José Rafael Mazadiego Cruz.
Logia Isaac Newton No. 7 AA. LL. & AA. MM

Iniciarse es comenzar a ser, nacer o en este caso renacer, por ello la importancia del simbolismo que encierra el primer grado de A:. M:., el cual con todo orgullo y dignidad me ha sido otorgado.

Este breve escrito es una reflexión y una valoración sobre uno de aquellos momentos de mi vida que se han grabado de manera indeleble en lo más profundo de mi conciencia: mi iniciación junto a mi H:. Hugo Gutiérrez Mestizo en las sendas de la Masonería, en una Logia del Antiguo Gremio. Después de la larga espera, se me anunciaba que el día de la iniciación sería el viernes 16 de julio. Acercándose el día comencé a sentir emoción y ese día durante la mañana comencé a sentir nervios, sin embargo, no sentía ningún temor ni vacilación, fuere como fuere, yo tenía la firme convicción de vivir un ritual del que había escuchado mucho por documentales, películas, libros y revistas...todo ello por cierto, falso.

Al llegar al edificio de Juárez no. 11 comencé a recordar, sin proponérmelo, los varios libros en que se narraban los ritos de iniciación de algunas sociedades iniciáticas, sobre todo los capítulos que hablan de la iniciación en los misterios de Egipto y en los misterios órficos de los templos de Eleusis, de libro “Los Grandes Iniciados” de E. Schure, posteriormente vino a mi mente el recuerdo de las pruebas que pasa Jesús en el templo de Heliópolis en la extraordinaria narración de P.D. Ouspensky. Pero ahora no era una narración, en pocos instantes sería yo quien viviría algo análogo, por lo que una vez más aparecería aquella emoción. Me sentí acompañado por mi H:. Hugo, quien al igual que yo no había sido AJEF, identifiqué en su rostro las mismas emociones y estado mental en que me encontraba. Después de un momento nos llamaron, el H:. Félix nos preguntó con una actitud de firmeza absoluta que qué era lo que buscábamos ahí, esa firmeza me reafirmó la seriedad del ceremonial, por lo que dejé de lado cualquier nerviosismo y entré en un estado de alerta.

Si bien es cierto que en este tipo de masonería no hay pruebas en la iniciación, el hecho de dejar a un lado las pertenencias y la ropa hasta estar “semivestido y semidesnudo, ni calzado ni descalzo, con los ojos atados y con una cuerda alrededor del cuello”, me hizo sentir vulnerable, por lo que mis sentidos se afinaron. Durante la espera con los ojos vendados, escuchaba claramente las voces que venía de la calle, las vibraciones causadas por los camiones y autos, murmullos inentendibles de dentro del salón. Escuchaba la respiración de Hugo, sentía el piso frío bajo mis pies, en ese momento recordé lo que leí hace muchos años sobre las iniciaciones en Egipto, en las que los iniciados eran enviados a una cripta y ahí por medio de cantos y vibraciones entraban a un estado parecido al de la muerte, pero que al despertar, veían a Isis sin el velo, a la Sophia gnóstica, el rostro de la musa órfica Eurídice, en fin a la sabiduría; por ello sabía que todo estaría bien.

De repente la puerta se abre de golpe y nos indican caminar, primero yo guiaría a Hugo, él me tomaría del hombro, me sentí responsable de su bienestar, de saber guiarlo aunque tuviera los ojos vendados, pensé que era lo único que podía hacer por alguien que “sufría” lo mismo que yo. De momento se escucha que tocan una puerta y comenzaron a decir que había unos traidores había huido del templo, después preguntaron quiénes éramos y qué queríamos, un H:. Contestó que éramos pobres y ciegos que queríamos ser parte de la Hermandad de constructores del templo; poco a poco en mi mente se fue haciendo un escenario en el que imaginaba estar en las puertas de un enorme templo en construcción. Conforme avanzaban los diálogos entendí por lo dicho y por la distancia entre las voces, que estábamos en un lugar amplio y que al comunicarse del V:. M:. al P:. V:. y éste con el S:. V:. supe que el sitio de construcción era grande, imaginé grandes vigas de madera y muchas personas trabajando. Cuando nos enviaron a ver a cada uno de los VV:. Perdí la noción de las dimensiones y formas del salón ni de mi orientación dentro de él. En un momento, cambié de lugar con Hugo ahora él me guiaría, tuve confianza en él porque pensé que yo había hecho bien mi trabajo.

Al llegar al final del recorrido, y después de sentir un objeto de punta fina sobre mi corazón, preguntaron en quién confiaba y aunque la respuesta me fue dicha por un H:., yo pensaba responder lo mismo. Después de un momento hicimos cada quien, un juramento solemne, en ese momento al arrodillarme recordé la imagen de aquellos caballeros y guerreros que hacen un juramento ante Dios y me sentí realmente como uno de aquellos hombres, sabía que ello confirmaba mi convicción de ser parte de un linaje lleno de dignidad, orgullo y honor. Después no preguntaron que qué era lo que pedíamos y nos fue dicho que la luz, en el momento que me fue dicho, entendí el significado de ello: estábamos ciegos y comenzamos a ver; era la nada, las tinieblas y al hacerse la luz comenzó la creación; era la obscuridad del vientre materno y nacimos a un mundo de lleno de luz…lo primero que percibieron mis ojos fue la luz de 3 cirios y un altar con la biblia que había tenido en mis manos al realizar mis juramentos.

Nos fue comunicado un tocamiento y una palabra, nos fueron enseñados los instrumentos de los VV:. Y del V:. M:., el signo de A:. M:.Fuimos llevado fuera del salón para vestirnos completamente, nos fueron dados nuestros mandiles, se nos dijo que era un signo más honroso que cualquier otro y fuimos llevados junto al V:. M:. Quien nos dirigió unas palabras, en ese momento me sentí plenamente aceptado en una nueva familia, y todos los rostros que veía eran los de mis HH:.

Ahora un poco a la distancia, recuerdo esa noche que como nos dijo el H:. Félix, sería inolvidable. Poco a poco voy comprendiendo el significado de la palabra de A:. M:. Cuyo significado es fuerza y su relación con el simbolismo de la piedra en bruto, la piedra pulida, el cincel y el martillo. Al comenzar este camino necesito fuerza y fortaleza para practicar la virtud, y por medio de los saberes que adquiera, moldearme a mí mismo, modelar la piedra en bruto hasta ser imagen fiel del templo de Dios; también comienzo a comprender con mayor profundidad que para lograrlo necesito de un proyecto, un plano de aquello que debo ser y ese proyecto sólo puede venir de un Gran Arquitecto, G:. A:. D:. U:. Y al completar el trabajo en mí mismo, estaré haciendo alabanza a su suprema inteligencia y Él habitará en mí. Eso es lo que voy comprendiendo que es el trabajo masónico y que al hacerlo en sí mismo, Dios, lo hace también en el mundo.

domingo, 3 de octubre de 2010

MASONERÍA Y DRUIDAS

La Masonería, como una de las expresiones universales de La Iniciación, suele ser confundida con La Iniciación misma, al punto de confundir el todo con la parte. La Masonería es UNA Iniciación, pero no es LA Iniciación. Es de verse, que la nuestra -la masónica- tiene sus peculiaridades únicas, tanto como las otras iniciaciones tienen las suyas propias. Pero no debemos confundirlas.

Por sus orígenes ingleses, la Masonería ciertamente debe estar ligada, en cierta forma, con las modalidades más profundas del pensamiento céltico y el de sus sacerdotes: los Druidas. El Druidismo o tradición Druídica, es para algunos un camino espiritual y filosófico, para otros una religión y para otros, solo un movimiento cultural. El camino y definición dependerá de cada persona y su libre elección.

Como camino espiritual y filosófico, el Druidismo es una filosofía que encuentra sus raíces en la naturaleza misma, que busca la conexión del individuo con la tierra, el cielo y el mar, los tres reinos de la cosmovisión celta. Es un camino de reflexión sobre las preguntas que surgen en nuestra mente y espíritu, tratando de encontrar las respuestas y el crecimiento personal en la sabiduría y enseñanzas celtas, es sus tradiciones y folklore, su mitología y sobre todo, en las lecciones que la naturaleza misma como un ente vivo y radiante nos puede dar.

Como religión, es un intento de reconstruir, dentro de un contexto cultural moderno y sin anacronismos, las religiones Célticas pre-romanas. Por medio del estudio de las fuentes académicas que en historia, antropología, filología y en general estudios de los viejos manuscritos, folklore, y tradiciones; que han llegado hasta nuestros días, combinando esta información con práctica mística, vivencial y espiritual. Tratando de llevar la cosmología de los pueblos celtas al presente, adecuándola al aquí y ahora.

Como actividad cultural y académica, el Druidismo ha estado ligado constantemente con los centros de estudios celtas que existen principalmente en el Reino Unido e Irlanda; con actividades artísticas especialmente en el ramo de la poesía y la música, al ser estas dos actividades de suma importancia en la tradición druídica; y en general las actividades culturales relacionadas con el legado Celta en el mundo moderno.

Dado que el Druidismo es un camino espiritual sin dogmas y una religión sin jerarquías, no existe un único camino Celta, ni existe una única definición, esta variará de acuerdo a cada persona y como esta viva su espiritualidad. El Druidismo es un camino vivencial, que no puede ser plenamente entendido si no se vive. Sin embargo, al estar basada en un sistema religioso y una cosmovisión particular, hay puntos base sobre los que cada persona deberá trabajar interior y exteriormente al recorrer este sendero.

La forma más común de clasificar el Druidismo ha sido en dos ramas principales, que es el Druidismo Ecléctico o Revitalista y el Druidismo Celta o Reconstruccionista.

El Druidismo Ecléctico tiene sus orígenes en la figura de Iolo Morganwg, Aubrey, Stuckeley y otros que han sido llamados los revitalistas románticos del siglo XVIII. Y toma su forma moderna en la figura de Ross Nicholson, fundador de OBOD.

El Druidismo Celta tiene sus orígenes en el druidismo ecléctico pero tomó un camino diferente alrededor de 1980, como un intento de entender lo que los hallazgos de la arqueología y antropología tenían que decir sobre los celtas y que, muchas veces, tiraban los mitos sobre los que se construyó el movimiento del siglo XVIII. El movimiento de paganismo celta trata de incorporar esos hallazgos y hacer de su conexión espiritual algo ligado con los celtas pre-romanos. Como una forma de legitimizar su religión y prácticas.

Pero ciertamente, todo hay que decirlo, el Druidismo es una religión relativamente nueva, se podría argumentar que con 300 años de existencia, sin embargo, aún así es una religión/filosofía que surgió (o resurgió) hace poco. Y es difícil poder argumentar que la manifestación moderna del Druidismo vaya más allá de 1964.

Los Druidas eran una orden de sacerdotes que existieron en Bretaña y las Galias. La palabra Gaélica Druish significa hombre sabio o sagrado y en otro término mago. Este rito vino de originalmente desde Grecia a través de Escandinavia, el Druidismo se dividía en tres ordenes que comenzaban con los bardos, quienes eran los poetas que componían himnos y cantaban en las ceremonias del culto, los Profetas o Eubages eran los augures o adivinos, tenían a su cargo el gobierno civil y la agricultura, y los Druidas o Vates quienes eran los depositarios de los dogmas de la religión y la filosofía, llenaban las funciones de sacerdotes y jueces. Los sitios de adoración eran también de iniciación, generalmente eran circulares porque esa era la forma del universo, y no tenían techo por cuanto consideraban absurdo reducir al Omnipotente a la permanencia bajo un techo común, entre otros instrumentos se sabe que tenían un altar triangular, la espada de Belino y un cofre sagrado.


Se dice que sus ceremonias de iniciación requerían mucha purificación física y preparación mental, en el Primer Grado se representaba la muerte simbólica del aspirante, culminando en el tercero con su regeneración, donde este era colocado dentro de un bote. Sus doctrinas eran similares a las de Pitágoras, sostenían la creencia en un Ser Supremo, la reencarnación, el estado futuro de las recompensas y los castigos, la inmortalidad del alma. El objetivo de sus ritos místicos era comunicar estas doctrinas empleando un lenguaje simbólico.

Muchas leyendas señalan que el cristianismo fue introducido en Inglaterra en los primeros años de la era cristiana, mucho antes que las misiones de san Patricio y San Agustín. Algunos historiadores cristianos como Clemente de Roma y Eusebio confirman que San Pablo y otros Apóstoles visitaron las Islas Británicas. Lo cierto es que no fue sino hasta el s. XII cuando la Cristiandad Céltica fue puesta de acuerdo con los usos del Cristianismo Romano. Se cuenta que la antigua Iglesia Británica poseía una profunda y mística forma de cristianismo derivada de fuentes orientales provenientes de los Essenios, quienes estaban muy vinculados a Jesús por haber sido uno de sus miembros. Además de los sacramentos cristianos se practicaban ritos de línea Mitraica, también usados por los Essenios y puede que haya habido alguna sucesión de Misterios Judíos, no vinculados con los Colegios Romanos. Estas varias líneas de tradición fueron retocados con los locales Misterios Druidas. Así los Culdeos de York amalgamaron el misticismo cristiano con los ritos nativos, eslabonándolos a la Masonería Moderna.