viernes, 29 de octubre de 2010

LA ESCALA DE JACOB: EL CAMINO DEL INICIADO

Las Logias Masónicas están cubiertas de un celestial dosel de diversos colores, así como el Cielo. El camino por el cual nosotros, como masones, esperamos llegar, es por medio de una escala, llamada en la Sagrada Escritura la Escala de Jacob. Esta se compone de muchos escalones, que nos señalan otras tantas virtudes, pero tres principales, que son Fe, Esperanza y Caridad. Fe en el Gran Arquitecto Del Universo, Esperanza en la salvación, y Caridad para con todo el género humano.
Esta escala alcanza al Cielo y descansa sobre el Volumen de la Ley Sagrada, pues por las doctrinas que contiene ese sagrado libro, somos enseñados a creer en la Divina providencia, la cual refuerza nuestra fe, y nos ayuda a ascender el primer escalón; esta Fe naturalmente crea en nosotros una esperanza de que seremos partícipes de las benditas promesas que contiene, cuya esperanza nos ayuda a ascender el segundo escalón; pero el tercero y último, siendo la Caridad, lo comprende todo, y el masón que está en posesión de esta virtud en su más amplio sentido puede justamente ser considerado de haber llegado al límite de su profesión; figuradamente hablando, una mansión etérea, velada a los ojos de los mortales por el estrellado firmamento, emblemáticamente representado aquí por siete estrellas, que aluden a otros tantos masones, sin cuyo número ninguna Logia es perfecta, ni tampoco puede ningún candidato ser legalmente iniciado. 

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